¿Miedo, atracción o curiosidad? Tal vez sea un poco de todo, el caso es que no deja de sorprendernos lo que podemos encontrar a lo largo del mundo, como estas tres iglesias europeas que nos parecerán algo fuera de lo común y un tanto extrañas, aunque en un tiempo tuvieron sus motivos para usar huesos humanos como parte de su decoración.
La Capilla de las Calaveras en Czermna, Polonia
Esta capilla situada en una de las poblaciones más antiguas del del distrito de K´odzko, tiene una historia muy particular. Se construyó en el año 1776 por el párroco Wac´aw Tomaszek, de lo que era una fosa común con restos de gente que había muerto durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), las Guerras de Silesia (1740-1763) y de algunas otras víctimas de las hambrunas y las epidemias de cólera que asolaron en aquella época.
Ayudado por otras dos personas, el párroco fue llevando los huesos dentro de la capilla, acomodándolos en paredes y techo. Se calcula que hay más de 3,000 cráneos y huesos de por lo menos 21,000 personas. Lo que más llama la atención, es que los huesos y calaveras de sus creadores se encuentran en el centro de la capilla, muy cerca del altar.
Capilla de los huesos (Capela dos Ossos) en Évora, Portugal
“Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos”. Así da la bienvenida esta pequeña capilla que se ha convertido en uno de los lugares más visitados de Évora. La Capela dos Ossos fue construida por un solo monje franciscano en el siglo XVI, quien se decía quería llevar a sus hermanos frailes a un lugar hacia la contemplación, y fue así que llevó los huesos de más de 5000 monjes. Otra historia más real es que en aquella época, los cementerios de Évora estaban llenos y hubo la necesidad de exhumar los huesos para llevar otros.
La pequeña capilla tiene sus paredes y columnas decoradas con huesos y cráneos cuidadosamente acomodados unidos por cemento y las bóvedas están pintadas con motivos que aluden a la muerte.
Iglesia de Santa María de la Concepción de los Capuchinos (Santa Maria della Concezione dei Cappuccini) en Roma, Italia
A petición del Papa Urbano VIII el arquitecto Antonio Casoni construyó esta iglesia entre los años 1626 y 1631, dándole un aspecto sobrio que constrastaba notablemente con el estilo que imperaba en esos años. Lo especial o lo que pudieramos llamar inesperado, se encuentra en la Cripta de los Hermanos Capuchinos, en donde fueron trasladados precisamente los restos de más de 4000 frailes Capuchinos que estaban en el cementerio.
Lo que nadie espera es que estos huesos fueron colocados de forma un tanto artística tomándolos como elementos decorativos, además de algunos esqueletos vestidos con el hábito de los monjes capuchinos.