Puebla es famosa por muchas razones, su ciudad capital tiene uno de los centros históricos más coloniales de México, con edificaciones impresionantes como la Catedral y la Capilla del Rosario, pero sin duda también destaca su gastronomía, resultado de la influencia de varias culturas.
UN ARTE CULINARIO DE ANTAÑO
La época del virreinato abrió la puerta a la creatividad de las monjas y a la mezcla de ingredientes prehispánicos y europeos, que son clave en guisos tan aclamados como el mole poblano o los chiles en nogada.
Es imposible visitar Puebla y no dejarse llevar por la tentación de probar las chalupas, que son tortillitas de maíz doradas y bañadas con salsa verde y roja y queso fresco de cabra, o bien por las cemitas, que prácticamente encontramos en cualquier esquina, y consiste en pan horneado y bañado de ajonjolí relleno de milanesa, carne al pastor, bistec, etc. con aguacate, cebolla, cilantro y pápalo (una hierba).
Además existen un sinfín de sopas que se preparan con diversos productos, como elote, calabaza, lomo, sesos, almendras, hongos y chicharrón y que dependiendo de la zona, tienen su sabor.
La lista de los guisos podría volverse muy larga, pero entre los más representativos se encuentra el mole poblano –uno de los más importantes platillos del estado y que ha alcanzado fama internacional-, una espesa salsa resultado de una mezcla de chiles y semillas. Claro que al mencionar el mole poblano, no pueden pasar desapercibidos sus variantes como el mole negro, verde y el pipián.
Los chiles en nogada es otro platillo indispensable, pero sólo se prepara en los meses de agosto y septiembre, que es la temporada en que se da la nuez con la que se prepara la salsa blanca que los baña.
Otros manjares poblanos es la cecina, los molotes rellenos con sesos, los tamales de comino, maíz, haba y ceniza, el mole de panza, la barbacoa de mixiote, el revoltijo con romeritos, la tinga, el adobo negro y los huazontles. Los tacos árabes también son muy característicos de Puebla, se hacen en tortilla de harina y rellenos de carne de cerdo al pastor, aderezados con una salsa de chile chipotle.
El mole de cadera es un guiso que viene de Tehuacán, Puebla, su receta es muy difícil de conseguir, ya que prácticamente encierra un ritual en su preparación.
LOS DULCES
Mención aparte merecen los dulces, la mayoría fueron creados desde la época colonial, resultado de la fusión de las culturas árabe, española e indígena. Durante los siglos XVI y XVII, las monjas eran quienes con ingenio y dedicación preparaban dulces y galletas combinando recetas e ingredientes, dando así vida a la gran variedad de dulces de todos sabores y colores, que actualmente se cuentan hasta 300.
No puede irse sin probar los clásicos camotes poblanos de diferentes sabores, las tortitas de Santa Clara, los borrachitos, muéganos, cocadas, envinados, macarrones y jamoncillos.
Para cerrar con broche de oro, diríjase a “La Pasita” una tradicional cantina en el Barrio Los Sapos, abierta desde temprano, y pida la bebida del mismo nombre, que consiste en licor de uva pasa y se sirve con una porción pequeña de queso y una fruta seca. Aunque también no desprecie probar alguna de sus 22 bebidas como la «Sangre de Diablo», «Sangre de Artista», «Angelopolis» y «Calambre».