Por Diego Ontañón
Es una pequeña pero elegante ciudad turística de Portugal situada a tan solo 31 kms al oeste de Lisboa, pero cuando uno llega entiende de inmediato por qué su sobria fortaleza medieval de Nuestra Señora de la Luz fue en su día lugar de retiro de nobles y reyes.
Históricamente, Cascais fue una aldea de pescadores hasta que el rey Luis I (1838 – 1889) la eligió como retiro estival real. Detrás de la nobleza lusa llegó la alta sociedad de Portugal, que se dedicó a construir lujosas villas, grandiosas mansiones y jardines exquisitos y hoy en día es una elegante mezcla de majestuosa arquitectura decimonónica, encanto portugués tradicional y excelentes instalaciones turísticas con una gastronomía de primerísimo nivel.
Recorrer el paseo marítimo es una experiencia genial porque toda la ciudad desprende un aire próspero y sofisticado, sin que su aspecto se vea ensombrecido por fríos bloques de apartamentos ni hoteles enormes. El casco antiguo alberga la fortaleza medieval de Nuestra Señora de la Luz y muy cerca de allí, se erige la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con una fachada blanca y mosaicos de azulejos. En la Casa de las Historias de Paula Rego, ubicada en un edificio moderno, es posible admirar las pinturas de esta artista nacional.
Cascais también es muy reconocida por su concurrido puerto deportivo, así como por una costa plagada de diferentes tipos de playas, algunas tranquilas de fina arena ideales para las familias con niños pequeños (Carcavelos) y más al norte están las agrestes playas de la costa de la Serra de Sintra, estupendas para practicar el surf como la popular “Guinchos”. En verano, Cascais es principalmente un destino vacacional para familias, con una mezcla diversa de turistas europeos, y antes y después de la temporada alta es un lugar muy popular entre las parejas de todas las edades.
Otros atractivos de la ciudad son el Museo de Castro Guimarães, los acantilados Boca do Inferno, el Mercado da Vila, el Parque Marechal Carmona y por supuesto un agradable paseo caminando junto al mar para llegar el elegante y muy reconocido Casino de la vecina localidad de Estoril.
La gastronomía portuguesa encuentra un lugar excepcional en Cascais, donde entre otras muchas delicias, el “bacalao” preparado en diferentes recetas (dicen que hay una para cada día del año) es el protagonista, y que podremos comer en muchos y muy buenos restaurantes de la zona, pero si el presupuesto lo permite no dejen de visitar el “Hemingway” en pleno puerto deportivo y si queremos algo más informar la “Taberna Clandestina” es una gran opción con la mejor relación precio-calidad.
Y si de lujo y arte se trata, merece la pena hacer un esfuerzo económico y al menos pasar una gran noche en el hotel “Grande Real Villa Italia Hotel & Spa”, majestuosa propiedad en pleno centro histórico de Cascais y un verdadero placer para los sentidos.
Cascais dá-lhe as boas vindas!!!
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