Importantes culturas prehispánicas eligieron esta tierra para vivir; los olmecas se establecieron en La Venta al norte de Tabasco, y la civilización maya lo habitó siglos más tarde construyendo asentamientos tales como Comalcalco y Pomoná, que actualmente forman parte del patrimonio del Estado. Por si esto no fuera suficiente, también tiene una naturaleza prodigiosa con reservas ecológicas, es rico en petróleo, y es el que nos da la mayor parte de la producción nacional del cacao, la semilla de donde se obtiene uno de los mayores placeres de la vida: el chocolate.
¿DE DÓNDE VIENE EL CACAO?
Existen muchas versiones acerca del origen del árbol del cacao; algunas aseguran que viene de tierras de América del Sur muy cerca del río Amazonas, y de ahí se fue diseminando hasta llegar al sureste de México. Parece ser que los olmecas fueron los primeros en cultivar el cacao y darle un uso culinario, de ahí paso a los mayas y así se fue difundiendo su uso por todo el país.
En el libro “Historia de la Conquista de la Nueva España”, Bernal Díaz del Castillo describe como el consumo del chocolate era una actividad cotidiana entre la población, y una de las bebidas preferidas de los monarcas.
UNA RUTA CON AROMA
Todo se conjuntó en Tabasco; el clima, la tierra y la herencia de sus antepasados dieron como resultado un cacao de excelente calidad con un aroma inigualable. Con este tesoro en casa, Tabasco creó La Ruta del Cacao, formada por los municipios de Nacajuca, Jalpa de Méndez, Paraíso y Comalcalco.
Un recorrido aromático, con tradiciones ancestrales, se hace por diferentes haciendas cacaoteras, en donde se puede conocer su historia, cultivo, el proceso de elaboración y hasta probar un delicioso chocolate artesanal.
Un papel destacado lo tiene la hacienda Jesús María con un exuberante entorno ecológico y una interesante explicación de todo lo relacionado con el cacao, así como la importancia de preservar el medio ambiente. La visita se hace caminando por senderos, hasta llegar a las plantaciones del árbol del cacao para conocer el procedimiento de su cultivo, la quiebra de la mazorca y los diferentes tipos de cacao. El recorrido también los llevará a la fábrica para ver paso a paso el proceso que se sigue con la semilla desde que se recolecta, hasta que llega el producto final: un rico y delicioso chocolate.
Muy cerca de Comalcalco se encuentra Hacienda La Luz, otro gran ejemplo de cuidado del medio ambiente y de antiguas tradiciones en la elaboración del chocolate. No dejen de incluir una visita a los cultivos orgánicos de Finca Cholula, para conocer la vieja casona construida por los misioneros franciscanos del siglo XIX, y por supuesto, llegar a la zona arqueológica de Comalcalco y asombrarse con la perfección de sus edificios, donde todavía se pueden apreciar rastros de pintura original.
Otra finca a visitar es la Génesis, hacienda productora de cacao orgánico que ofrece una exquisita vivencia de lo que es, explicando producción, proceso y elaboración.
Una experiencia llena de sensaciones, sabores y olores es visitar Tabasco, que como bien dice la canción… es un edén.