Esta urbe ubicada en la costa del mediterráneo, además de ser el motor industrial y financiero de Israel, se ha convertido en un gran destino turístico, que ofrece a todo aquel que la visita, entretenimiento, cultura, y arte, así como festivales y una rica vida nocturna.
Para visitar Tel Aviv y entender lo que es hoy en día, es necesario echar un vistazo a su pasado. Las raíces de la ciudad se encuentran todavía muy vivas en la antigua ciudad de Jaffa. Pasear por sus calles empedradas, perderse por el Mercado de las Pulgas o sentarse a disfrutar de las vistas del Puerto de Jaffa, el puerto activo más antiguo del mundo, son una excelente forma de hacer turismo en Tel Aviv y empaparse de su historia.
Los edificios de estilo Bauhaus que caracterizan la arquitectura de Tel Aviv se entremezclan con construcciones vanguardistas, como el Museo de Arte de Tel Aviv o el Museo Ertz de Israel, los dos grandes referentes culturales de la ciudad.
Aunque la religión no marque el ritmo de vida de Tel Aviv, resulta interesante visitar los lugares más destacados de cada religión en la ciudad: La Mezquita Mahmoudiya, la iglesia de San Pedro o el cementerio judío de Trumpeldor.
¡Tres símbolos de la multiculturalidad que se respira al viajar a Tel Aviv!
Vale la pena recorrer sus encantadores barrios, como el Neve Tzedek y Hatahana (el más antiguo de la ciudad) así como el Yemení; además de sus playas, donde se pueden disfrutar los largos veranos y mercados como el del Carmel, recorrer este bullicioso mercado callejero, situado en un entramado de calles estrechas, es toda una experiencia en sí misma y un disfrute para los sentidos al tener una paleta enorme de olores, colores, sonidos y sabores.
Algunas de las playas más famosas de Tel Aviv son: Hilton Beach, con su característico ambiente gay y actividades acuáticas; Banana Beach, famosa por su fina arena y aguas cristalinas; y la playa familiar de Mezizim Beach.
La gastronomía de Tel Aviv cautivará el paladar del viajero más exigente, gracias a la fusión de las tradiciones culinarias árabes y judías, presentes en lugares como el mismo Mercado del Carmel. En ningún otro lugar del mundo se encontrará humus y faláfel capaces de hacer frente a los de Tel Aviv. ¡Una auténtica delicia!
Otra de las grandes ventajas de Tel Aviv es que no entiende de horarios, por tal motivo se le conoce como “la ciudad que nunca duerme”.
Tel Aviv es garantía de fiesta y buen ambiente a cualquier hora del día. Las playas de la ciudad y sus principales zonas comerciales rebosan música y diversión a todas horas.
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