Por Diego Ontañón
Lanzarote es un lugar con mucho encanto y es sinónimo de volcanes, campos de lava, rocas de formas imposibles, tierras negras y rojizas que contrastan con las típicas casas blancas, el azul del mar y el celeste del cielo. El paisaje de la más oriental de las Islas Canarias se completa con austeras montañas de suave relieve, hermosas playas de arena blanca y dorada, frondosos palmerales… y el silencio, que también forma parte del enigmático paisaje lanzaroteño.
En esta isla Reserva de la Biosfera tienen cabida animados centros turísticos y pequeñas localidades donde se respira tranquilidad. Conviven así los grandes hoteles y bungalows de los núcleos costeros con las casas rurales, villas y hoteles boutique de los encantadores pueblos del interior.
Además de recorrer los paisajes volcánicos, en Lanzarote también podemos encontrar la revitalización perfecta en sus maravillosas playas, relajarnos tumbados al sol sobre la arena blanca o dorada, y refrescarnos en cristalinas aguas turquesas. Muchas de ellas son ideales para los más pequeños de la familia al quedar resguardadas del oleaje y las corrientes, al igual que las piscinas naturales que se han formado al abrigo de las lenguas de lava que llegaron al mar tras las erupciones.
El Parque Nacional de Timanfaya es la máxima expresión del volcanismo en la isla y una de las más representativas del archipiélago canario. Un paisaje áspero, contundente, salvaje, donde el silencio más sepulcral cobra también especial protagonismo. Las Montañas del Fuego pueden visitarse en un recorrido guiado en autobús, durante el cual permanecemos sobrecogidos por un horizonte abigarrado, ocupado por conos volcánicos, campos de lava, rocas de formas caprichosa. Muy próximo a la entrada se encuentra el echadero de camellos, el lugar donde es posible subirse a lomos de este extraordinario animal y experimentar una ruta por los volcanes sintiendo la brisa y el crujir de los fragmentos de lava.
El paisaje de La Geria es una de las mayores sorpresas que guarda Lanzarote. Una gran extensión cubierta por pequeños fragmentos de negra roca volcánica, expulsados durante las erupciones de Timanfaya, es aprovechada por los agricultores lanzaroteños para el cultivo de la vid en su variedad de la uva Malvasía Volcánica. Los vinos resultantes, con Denominación de Origen, son especiales y reconocidos internacionalmente. Lo mejor de todo es que se pueden degustar en alguna de las bodegas mientras disfrutamos de la belleza del entorno.
En Lanzarote dejó gran parte de su legado el gran artista César Manrique, y quizá el máximo exponente sea los Jameos del Agua, uno de los centros turísticos más visitados de la isla, donde Manrique desplegó toda su genialidad. Este túnel volcánico, con su famoso y espectacular auditorio natural, alberga una formación geológica muy singular, un lago interior originado por filtraciones marinas en el que vive un pequeño crustáceo blanco y ciego, único en el mundo conocido como “jameito”.
También es imprescindible la visita a la Casa-Museo César Manrique en Haría, una antigua vivienda de labranza situada en el interior de un palmeral que rehabilitó para vivir y trabajar allí hasta su fallecimiento en 1992 por un fatídico accidente de tráfico.
Siendo la isla diferente, es de esperar que sus pueblos también lo sean. Las sucesivas erupciones volcánicas que han dibujado el paisaje actual han resultado igualmente determinantes para los asentamientos donde la vida discurre entre volcanes y lava. No ha sido fácil, pero el resultado es inmejorable, tanto para los lugareños como para quienes visitan este inusual territorio insular.
El deporte está también presente en Lanzarote y prueba de ello es la celebración en la isla de importantes competiciones deportivas como el Ironman, una de las pruebas de triatlón más duras del mundo.
Por último, no dejes de probar las típicas «papas arrugadas», pequeñas patatas que se hierven en agua de mar, hasta que se evapora. Las papas se salan suavemente por dentro cuando una capa de sal le da un aspecto blanquecino y su piel está arrugada y siempre acompañan a los deliciosos pescados y mariscos de la isla.
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