Por Diego Ontañón
Esta pequeña isla en el Mar Adriático y la costa dálmata es sin lugar a dudas un lugar encantador, de esos que nunca se olvidan y que sorprenden desde que uno llega y se deja abrazar por el intenso verdor de sus viñedos y olivos. Su costa sur la conforman pequeñas playas y tranquilas cuevas. Los griegos, la denominaron Korkyra, Melaina o «Corfu negro», todos adjetivos para definir su enselvado aspecto. Acceder a esta isla es fácil si lo hacemos desde Split o Dubrovnik en ferry. Korcula se halla aproximadamente a 20 km de la costa meridional croata, a medio camino entre Dubrovnik y Split. El ferry efectúa el trayecto desde ambos puertos hasta la isla.
Actualmente habitan unas 3000 personas y originariamente se construyó sobre un islote de 3 hectáreas y toda la urbe se edificó en torno a la calle principal. Este lugar mantiene la esencia de pueblo comerciante, con su mezcla de cultura y sus murallas que nos recuerdan a Dubrovnik. Korkula está unido a las luchas medievales y por ello la tradición conserva las danzas caballerescas que se celebran por toda la isla. Además, aquí aún se escenifica la danza Moreska, un espectáculo que si tiene la posibilidad de ver le encandilará, el 29 de Julio, fiesta de San Teodoro, patrono local.
La ciudad de Korkula aparece como una típica villa medieval dálmata, con torres rojas de defensa y casas abigarradas con tejados también coloridos y dicen que aquí nació Marco Polo, ese obstinado viajero que llegó a China y Mongolia. Y de hecho su museo es uno de los numerosos centros culturales visitados en Korkula.
El monumento por excelencia es la Catedral de San Marcos, realizada por los canteros que tardaron en completarla unos 150 años. Durante el dominio italiano de Venecia que duró tres siglos, Korcula se hizo célebre por el trabajo de los canteros que exportaban la piedra tallada a otros lugares, pero esta influencia veneciana también se percibe en el interior de la Catedral ya que alberga dos pinturas de Tintoretto. A la izquierda de la catedral hallamos la Iglesia de San Pedro de arquitectura Gótica con la portada Renacentista, siguiendo la calle encontramos la «supuesta casa de Marco Polo» que se puede visitar previo pago de una entrada.
Otros lugares de interés son el Palacio de la Abadía y el Palacio Gabrielis, donde se ubica el interesante Museo de la Ciudad. Una de las obras Góticas que podemos contemplar es la Iglesia de Todos los Santos y en su interior encontramos reliquias de gran interés arqueológico, y anexo está el Palacio de la Cofradía de Todos los Santos que alberga el Museo de Iconos.
Si continuamos la ruta llegamos a Lumbarda, está a tan solo 6 km. de Korcula; es uno de los pueblos más visitados por su atractivo, se encuentra rodeado de viñas, casas rurales y pequeñas playas de arena, también hallamos tabernas o konobes en los que, seguro que nos sirven pescados y mariscos a la parrilla acompañados de un vino blanco típico del lugar, el GRK o el Posip y además, seguro que también nos ofrecen para calmar la sed una bebida llamada Bambu que también es muy famosa y refrescante.
Kor?ula vas ?eka!
Facebook: Diego Ontañón
Twitter: @diegoontanon
E-mail: diego.ontanon@operadorasierramadre.com